Exploración Oftalmoligica









Agudeza visual. Para verificar la agudeza visual, utilice las cartas de Snellen, con una buena iluminación.
El paciente debe estar a 6 m de los optotipos.
Los pacientes que utilizan gafas deben llevarlas puestas.
Pida al paciente que se tape un ojo con una tarjeta y que lea la línea más pequeña posible.
Determine la línea con la letra más pequeña en la cual el paciente reconozca más de la mitad de los optotipos.
Registre la agudeza visual designada al lado de esa línea, junto con el uso de gafas, si procede.
La agudeza visual se expresa como dos números (p. ej., 20/30): el primero indica la distancia del paciente respecto a la carta y el segundo la distancia a la que un ojo normal puede leer esa línea de optotipos.
Exploración de los campos visuales por confrontación
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Prueba estática de movimiento de los dedos.
Pida al paciente que le mire a los ojos. Mientras mantiene la mirada del paciente, coloque las manos aproximadamente a 60 cm de las orejas del paciente. Mueva dos dedos al mismo tiempo e inclínelos ligeramente hacia delante, curvándolos hacia dentro por la superficie imaginaria del recipiente y hacia la línea de visión central.
En cada posición, pida al paciente que le avise tan pronto como vea el movimiento del dedo.
2. Prueba cinética del punto rojo. Mueva hacia dentro un alfiler de cabeza roja de 5 mm desde el límite cada cuadrante por la línea que corta los meridianos horizontal y vertical.
Posición y alineación de los ojos.
Colóquese frente al paciente y explore la posición y el alineamiento de sus ojos. Si parece que uno o los dos ojos protruyen, explórelos desde arriba.
Cejas. Inspeccione las cejas, observando su cantidad y distribución, y cualquier posible descamación de la piel subyacente.
Párpados. Observe la posición de los párpados con relación a los globos oculares. Inspeccione todo lo siguiente:
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Amplitude de la hendidura palpebral.
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Edema de los párpados.
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Color de los párpados.
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Lesiones.
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Estado y dirección de las pestañas.
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Idoneidad con los párpados cerrados.
Aparato lagrimal. Inspeccione las regiones de la glándula y del saco lagrimal por si presentan inflamación.
Compruebe si hay lagrimeo o sequedad excesivos de los ojos.
Conjuntiva y esclerótica. Pida al paciente que mire hacia arriba mientras le desciende los dos párpados inferiores con los pulgares, para exponer la esclerótica y la conjuntiva. Inspeccione el color de la esclerótica y de la conjuntiva palpebral, y observe el patrón vascular sobre el fondo escleral blanco.
Córnea y cristalino. Con una iluminación oblicua, inspeccione si hay opacidades en la córnea y en el cristalino que se pueda verse a través de la pupila
Iris. Inspeccione cada iris. La trama debe estar bien definida.El iris suele ser plano y forma un ángulo relativamente abierto con la córnea, esta iluminación no produce sombras. Si la luz incide directamente por la cara temporal, explore si hay una sombra semilunar en el lado medial.
Pupilas. Inspeccione el tamaño, la forma y la simetría de las pupilas.
Si son grandes (> 5 mm), pequeñas (< 3 mm) o desiguales (anisocóricas), mídalas.
Utilice una tarjeta con círculos negros de distintos tamaños para medir las pupilas.
Reflejo fotomotor pupilar. Pida al paciente que mire a lo lejos e ilumine oblicuamente cada pupila, de manera sucesiva, con una luz brillante. La mirada remota y la iluminación oblicua ayudan a impedir el reflejo de cerca. Busque:
El reflejo directo (constricción pupilar del mismo ojo).
El reflejo consensual (constricción pupilar del ojo contralateral).
Oscurezca siempre la habitación y utilice una luz brillante antes de concluir que falta el reflejo fotomotor.
Músculos extraoculares. Colocándose a unos 60 cm frente al paciente, ilumine sus ojos y pídale que mire a la luz.
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Inspeccione los reflejos corneales. Deben verse ligeramente nasales respecto al centro de las pupilas.
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Pida al paciente que siga su dedo lo va desplazando en las seis direcciones cardinales de la mirada.
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Trace una H amplia en el aire y lleve la mirada del paciente
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Hasta el extremo derecho
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Hacia la derecha y arriba
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Hacia la derecha y abajo; luego
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En el centro, hasta el extremo izquierdo
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Hacia la izquierda y arriba
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Hacia la izquierda y abajo.
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Haga una pausa durante la mirada hacia arriba y al lado para detectar si hay nistagmo.
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Desplace el dedo o el lápiz a una distancia que resulte cómoda al paciente.
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Las personas de mediana edad y ancianas tienen más dificultades para enfocar los objetos de cerca, la distancia ha de ser mayor que para los jóvenes.
Coonvergencia. Pida al paciente que siga su dedo o el lápiz mientras lo desplaza hacia el puente de la nariz. Los ojos convergentes normalmente siguen al objeto hasta que se encuentra a unos 5 cm a 8 cm de la nariz.
Oftalmoscopia. En la asistencia sanitaria general se exploran los ojos de los pacientes sin dilatar las pupilas. Los oftalmólogos dilatan las pupilas con colirios midriáticos, salvo si hay alguna contra indicación.
Quítese las gafas, excepto si tiene una notable miopía o un astigmatismo intenso.
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Oscurezca la habitación. Encienda la luz del oftalmoscopio y gire el disco de la lente hasta que vea el haz grande y redondo de luz blanca
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Ilumínese el dorso de la mano para comprobar el tipo de luz, el brillo deseado y la carga eléctrica del oftalmoscopio.
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Sujete el oftalmoscopio con la mano derecha para explorar con su ojo derecho el ojo derecho del paciente, y con la mano izquierda para explorar con su ojo izquierdo el ojo izquierdo del paciente.
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Así no le estorbará la nariz del paciente y dispondrá de más movilidad, así como de un campo de visión más cercano para visualizar el fondo.
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Sujete el oftalmoscopio bien apoyado sobre la cara interna de su órbita ósea, con el mango inclinado lateralmente unos 20° respecto a la vertical.
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Pida al paciente que mire ligeramente hacia arriba por encima de su hombro, a un punto situado en la pared.
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Colóquese a unos 40 cm del paciente, con una angulación de 15° lateral a la línea de visión del enfermo. Dirija el haz de luz a la pupila y busque el brillo naranja en la pupila, o reflejo rojo. Observe cualquier opacidad que interrumpa el reflejo rojo.
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Con el haz luminoso enfocado en el reflejo rojo, acérquese con el oftalmoscopio hacia la pupila, conservando el ángulo de 15°, hasta que esté muy cerca o casi tocando las pestañas del paciente.
Exploración de Oido
Pabellón auricular. Inspeccione cada pabellón y los tejidos vecinos por si hay deformidades, bultos o lesiones cutáneas.
Si hay dolor, secreción o inflamación, suba y baje el pabellón auricular, presione el trago y apriete con firmeza detrás del pabellón auricular.
Conducto auditivo y tímpano. Para ver el conducto auditivo y el tímpano, utilice un otoscopio con el espéculo más grande que pueda acomodar el conducto.
Para enderezar el conducto auditivo, tire del pabellón auricular con firmeza, pero con suavidad, hacia arriba, atrás y ligeramente afuera.
Inserte el espéculo con suavidad dentro del conducto auditivo, dirigiéndolo hacia abajo y adelante, a través de los pelos, si es que los hay.
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Inspeccione el conducto auditivo, observando si hay secreción, cuerpos extraños, enrojecimiento de la piel o tumefacción.
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El cerumen, que varía de color y consistencia desde amarillo escamoso hasta marrón y pegajoso, o incluso más oscuro y duro, puede impedir la visión de manera parcial o total.
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Inspeccione el tímpano, observando su color y contorno.
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Identifique el manubrio del martillo y observe su posición; inspeccione también la apófisis corta del martillo.
Mueva con suavidad el espéculo hasta que pueda ver la mayor parte posible del tímpano. Busque si hay perforaciones. Los bordes anterior e inferior del tímpano pueden quedar ocultos por las paredes curvas del conducto auditivo.
Prueba de agudeza auditiva:
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Pregunte al paciente «¿tiene la sensación de haber perdido oído o de tener dificultades para oír?». Si la respuesta es afirmativa, realice la prueba del susurro.
Póngase a una distancia de unos 60 cm, de manera que el paciente no pueda leerle los labios.
Tape el oído que no se explora con un dedo y frote suavemente el trago con un movimiento circular para evitar la transferencia de sonido al oído que no explora.
Susurre una combinación de tres números y letras, utilice una combinación de números y letras distinta para el otro oído.
Interpretación:
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Normal: el paciente repite la secuencia correctamente.
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Anormal: cuatro de los seis posibles números y letras son incorrectos. Realice otra prueba mediante audiometría. (Las pruebas de Weber y Rinne son menos precisas y exactas)
Prueba de hipoacusia de conducción frente a neurosensorial:
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En los pacientes que no superan la prueba del susurro, un diapasón puede ayudar a determinar si la hipoacusia es de conducción o neurosensorial.
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Para realizar estas pruebas, asegúrese de que en la sala hay silencio y escoja un diapasón de 256 Hz, o posiblemente de 512 Hz. Estas frecuencias se encuentran en el intervalo del habla de una conversación, es decir, entre 500 Hz y 3 000 Hz y entre 45 y 60 decibelios.
Haga que el diapasón tenga una ligera vibración tras golpearlo enérgicamente entre el pulgar y el dedo: índice , o contra los nudillos.
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Prueba de lateralización (prueba de Weber). Coloque la base del diapasón, vibrando ligeramente, sobre el vértice de la cabeza del paciente o en el centro de la frente.
Pregunte al paciente dónde percibe el sonido, si en uno o en ambos lados.
Normalmente la vibración se escucha en la línea media o por igual en los dos oídos.
Limitar esta prueba a los pacientes con hipoacusia unilateral, ya que los que tienen una audición normal pueden lateralizar y aquellos con déficits bilaterales de conducción o neurosensoriales no lateralizarán.
Prueba de Rinne :Compare la conducción aérea (CA) con la conducción ósea (CO) .
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Coloque la base del diapasón, vibrando ligeramente, sobre el hueso mastoides, detrás de la oreja, a la altura del conducto auditivo.
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Cuando el paciente deje de oír el sonido, desplace inmediatamente el diapasón cerca del conducto auditivo y compruebe si sigue oyendo el sonido.
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Normalmente el sonido se oye más tiempo por la vía aérea que a través del hueso (CA > CO).
Exploración de Nariz y Senosparanasales
Inspeccione las caras anterior e inferior de la nariz.
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Una presión suave con el pulgar sobre la punta de la nariz suele dilatar los orificios nasales.Si produce dolor, tenga cuidado y manipule lo menos posible la nariz.
Observe cualquier asimetría o deformidad de la nariz.
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Comprobar si hay obstrucción nasal
Inspeccione el interior de la nariz
con otoscopio y con el espéculo más grande que pueda acomodar
Incline ligeramente la cabeza del paciente hacia atrás e introduzca con suavidad el espéculo en el vestíbulo de cada fosa nasal.
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Coloque el mango del otoscopio a un lado para evitar el mentón del paciente y mejorar la movilidad.
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Dirigiendo el espéculo hacia atrás y luego hacia arriba en pequeños pasos, trate de ver los cornetes inferior y medio, el tabique nasal y el estrecho paso entre ellos.
Observe e Inspeccione:
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La mucosa nasal que cubre el tabique y los cornetes. Observe
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color
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cualquier tumefacción
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sangrado
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exudado (observe sus características)
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La mucosa nasal normalmente es algo más roja que la bucal.
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El tabique nasal. Observe
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desviación
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Inflamación
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Perforación del tabique
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Palpe: los senos paranasales.
Comprima los senos frontales por debajo del arco ciliar óseo, sin presionar los ojos. A continuación comprima los senos maxilares.
Exploración de Boca y Faringe
Inspeccione :
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Los labios, observe:
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color
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humedad
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cualquier nódulo
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tumefacción o masa
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úlcera
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cisura o descamación.
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La mucosa bucal.
Explore la boca del paciente y, con una buena iluminación y la ayuda de un depresor lingual, inspeccione:
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Color
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Posible presencia de úlceras
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manchas blancas o nódulos.
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Las encías y los dientes, observe:
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Color de las encías (normalmente es rosado)
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Los bordes gingivales y las papilas interdentales, observe:
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tumefacción o ulceraciones.
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Los dientes.
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¿Falta alguna pieza, hay cambios de color, o formas o posiciones anómalas?
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Comprobar con el pulgar y el índice enguantados si se mueve algún diente.
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El cielo de la boca, observe el color y la arquitectura del paladar duro.
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La lengua y el suelo de la boca. Pida al paciente que saque la lengua. Inspeccione su simetría, unaprueba de la función del nervio hipogloso (XII par craneal)..
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Observe
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Color
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Textura del dorso de la lengua.
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Los lados
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Cara inferior de la lengua y el suelo de la boca.
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Observe cualquier área blanca o enrojecida, nódulo o ulceración.
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Palpe todas las lesiones. Pida al paciente que saque la lengua. Con la mano derecha, tome con un trozo de gasa la punta de la lengua y tire de ella suavemente hacia la izquierda del paciente. Inspeccione el lado de la lengua y luego pálpela con la mano izquierda enguantada, observando si hay alguna induración. Hágalo a la inversa en el otro lado.
La faringe.
Con el paciente con la boca abierta, pero sin sacar la lengua, pídale que diga «aaaah» o que bostece. Con ello podrá ver bien la faringe, si no presione la parte media de la lengua arqueada con un depresor lingual, aplicando la firmeza suficiente para ver la faringe, pero no sobre un punto excesivamente profundo que produzca un reflejo nauseoso. Al mismo tiempo, pida al paciente que diga «aaaah» o que bostece.
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Observe el
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Ascenso del paladar blando, una prueba del X par craneal (nervio vago).
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Exploración Cuello
Inspeccione el cuello, observando
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simetría
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posibles masas o cicatrices.
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Compruebe si las glándulas parótida o submandibular están aumentadas de tamaño
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nódulo linfático visible.
Nódulos linfáticos
Palpe los nódulos linfáticos. Con las yemas de los dedos índice y medio, mueva la piel sobre los tejidos subyacentes de cada región.
El paciente debe estar relajado, con el cuello ligeramente flexionando hacia delante y, si fuera necesario, hacia el lado de la exploración. Habitualmente pueden explorarse ambos lados a la vez.
Secuencia:
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Inspeccione el paladar blando, los pilares anterior y posterior, la úvula, las amígdalas y la faringe.
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Observe: color y la simetría
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Busque
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Exudado
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Tumefacción
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Ulceración
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Aumento de tamaño de las amígdalas.
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Palpe cualquier zona sospechosa de induración o dolorimiento
1. Preauriculares: delante de la oreja (Con las yemas de los dedos índice y medio, palpe los nódulos preauriculares con un movimiento de rotación suave.)
2. Auriculares posteriores: superficiales a la apófisis mastoides.
3. Occipitales: en la base del cráneo, por la cara posterior.
4. Amigdalino: en el ángulo de la mandíbula.
5. Submandibulares: a mitad de camino entre el ángulo de la mandíbula y el mentón. Estos nódulos suelen ser más pequeños y lisos que la glándula submandibular, lobulada, contra la que se encuentran.
6. Submentoniano: en la línea media, unos centímetros por detrás del mentón.
7. Cervicales superficiales: superficiales al esternocleidomastoideo.
8. Cervicales posteriores: en el borde anterior del músculo trapecio.
9. Cadena cervical profunda: en profundidad al esternocleidomastoideo, a menudo inaccesible a la exploración. Haga un gancho con el pulgar y los dedos alrededor de cada lado del músculo esternocleidomastoideo para palparlos.
1 0 . Supraclavicular: en profundidad en el ángulo formado por la clavícula y el músculo esternocleidomastoideo.
Observe el tamaño, la forma, la delimitación (aislada o apelmazada), la movilidad, la consistencia y si hay dolor a la palpación.
Los nódulos linfáticos aumentados de tamaño o dolorosos a la palpación, si no se dispone de explicación, exigen:
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una revisión de las regiones drenadas,
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una meticulosa evaluación de los nódulos linfáticos de otras regiones para poder distinguir una linfadenopatía regional de una generalizada
La tráquea y la glándula tiroides.
Inspeccione la tráquea
compruebe si hay alguna desviación de su posición habitual en la línea media.Coloque el dedo a un lado de la tráquea y observe el espacio entre éste y el esternocleidomastoideo. Compárelo con el otro lado. Los espacios deben ser simétricos.
Inspeccione la glándula tiroides
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Incline un poco hacia atrás la cabeza del paciente
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Iluminación tangencial dirigida hacia abajo desde el mentón, inspeccione la región bajo el cartílago cricoides.
Pida al paciente que beba un poco de agua, extienda de nuevo el cuello y trague. Observe el movimiento ascendente de la glándula tiroides, fijándose en su contorno y simetría.
Palpe la glándula tiroides.
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Pida al paciente que flexione ligeramente el cuello hacia delante para relajar los músculos esternocleidomastoideos.
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Coloque los dedos de ambas manos sobre el cuello del paciente, de manera que los índices queden justo por debajo del cartílago cricoides.
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Pida al paciente que tome un sorbo de agua y lo degluta. Palpe cómo el istmo tiroideo asciende por debajo de las yemas de sus dedos.
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Desplace la tráquea a la derecha con los dedos de la mano izquierda; con los dedos de la mano derecha, palpe lateralmente el lóbulo derecho de la glándula tiroides en el espacio entre la tráquea desplazada y el músculo esternocleidomastoideo relajado. Encuentre el borde lateral. Explore el lóbulo izquierdo de manera análoga.
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Los lóbulos son más difíciles de palpar que el istmo, por lo que se necesita cierta práctica. La cara anterior de cada lóbulo lateral tiene aproximadamente el tamaño de la falange distal del pulgar y una consistencia gomosa.
Observe el tamaño, la forma y la consistencia de la glándula e identifique cualquier nódulo o zona dolorosa a la palpación.
Registo de la expliracion física
la cabeza, los ojos, los oídos, la nariz y la faringe
Cabeza: cráneo normocéfalo/atraumático (NC/AT). Cabello de textura media.
Ojos: agudeza visual 20/20 en ambos ojos. Esclerótica blanca, conjuntiva rosada. Pupilas de 4 mm, con constricción a 2 mm, isocóricas y con reflejo fotomotor y de acomodación. Bordes de la papila nítidos; sin hemorragias, exudados ni estenosis arteriolar. Oídos: buena agudeza a la voz susurrada. Tímpanos con cono luminoso adecuado. Weber en línea media. CA > CO. Nariz: mucosa nasal rosada, tabique en la línea media; senos sin dolor a la palpación. Garganta (o boca): mucosa bucal rosada, buena dentición, faringe sin exudados. Cuello: tráquea en la línea media. Cuello blando; istmo tiroideo palpable, no se palpan los lóbulos. Nódulos linfáticos: sin adenopatías cervicales, axilares, epitrocleares ni inguinales.
Cabeza: cabeza normocéfala/atraumática. Calvicie frontal. Ojos: agudeza visual 20/100 bilateral. Esclerótica blanca, conjuntivas inyectadas. Pupilas de 3 mm con constricción a 2 mm, isocóricas y con reflejo fotomotor y de acomodación. Bordes papilares nítidos; sin hemorragias ni exudados. Relación arteriovenosa (relación AV) 2:4; ningún cruce A-V. Oídos: agudeza disminuida para la voz susurrada; intacta para la voz hablada. Tímpanos transparentes. Nariz: mucosa tumefacta con eritema y drenaje claro. Tabique en la línea media. Senos maxilares dolorosos a la palpación. Garganta: mucosa bucal rosada, caries en molares inferiores, faringe eritematosa, sin exudados. Cuello: tráquea en la línea media. Cuello blando; istmo tiroideo en la línea media, lóbulos palpables pero no aumentados de tamaño. Nódulos linfáticos: adenopatías submandibulares y cervicales anteriores dolorosas a la palpación, de 1 cm × 1 cm, consistencia blanda y no adheridas; sin adenopatías cervicales posteriores, epitrocleares, axilares ni inguinales.
Pedriatico
Boca:
1.-Labios: color, humedad, ulceraciones, fisuras, exudados.
2.-Encías: color, hemorragias, úlceras.
3.- Mucosa: color, humedad, exudados, úlceras, hemorragias.
4.-Dientes
5.- Lengua.
6.- Frenillo
7.-Piso de la boca: tumores, edema, exudados, ulceraciones.
8.-Paladar duro Craneo
• El perímetro craneano del Recien nacido de término es de 35 cm.
• A los 12 meses mide 45 a 47 cm.
• Aumenta 2 cm. por mes en los 3 primeros meses
• 1 cm. por mes entre el 4° y 6° mes • 0.5 cm. después de los 7 y hasta los 12 meses.
Examen de craneo
• Bolsa serosanquínea
• Cefalohematoma
• Craneotabes
• Suturas
• Fontanelas
Labios
Interna
• Aliento
• Limitación o imposibilidad para abrirla
• Lengua
• Mucosa
• Encías 20
Ojos
• Examen de párpados. (aspectos y movimientos)
• Examen de aparato lágrimal.
• Examen de globo ocular.
Nariz
• Trompa de Eustaquio corta por lo cual comunica fácilmente con el oído medio. • Cornetes poco desarrollados.
• Adenoides muy desarrollados proporcionalmente.
• Los senos maxilares y etmoidales comunican con las fosas nasales por orificios amplios, lo que facilita la infección.
• Inspección Externa:
-secreción
Interna: Inspección del vestíbulo nasal, levantando con el pulgar la punta de la
nariz.
Oidos
• Conducto auditivo
• Pabellón auricular
• Región preauricular
• Región retroauricular
Inspección de cuello
• Aumento de volumen frecuentemente por adenopatías
• Observar los trayectos arteriales y venosos
Palpación del cuello
• Se delimitarán bien los triángulos cervicales, anteriores y posteriores.
Ubicando los ganglios de la región: occipital, retroauricular y cervical posterior.
• La palpación de ganglios pequeños, de 3 mm. de diámetro, blandos e indoloros
es normal
Palpación de traquea
La tráquea ocupa la línea media del cuello, con una ligera desviación hacia la derecha. La porción anterior y superior se puede palpar con un dedo y el resto, en sentido descendente, con el índice y el pulgar al mismo tiempo.
Tiroides
• La glándula se palpará con los dedos de ambas manos cuando asciende durante la deglución.
• Tamaño
• Consistencia
• En los niños menores de 12 años se palpan ganglios occipitales en un 50 %, En los niños menores de 12 años se palpan ganglios occipitales en un 50 %, axilares en un 93 % y cervicales e inguinales prácticamente en el 100%. Se estima que los ganglios de menos de 3 mm. de diámetro son normales, aceptándose en la región cervical e inguinal un tamaño inferior a 1 cm. como no patológicoaxilares en un 93 % y cervicales e inguinales prácticamente en el 100%. Se estima que los ganglios de menos de 3 mm. de diámetro son normales, aceptándose en la región cervical e inguinal un tamaño inferior a 1 cm. como no patológico.
• La tráquea ocupa la línea media del cuello, con una ligera desviación hacia la derecha. La porción anterior y superior se puede palpar con un dedo y el resto, en sentido descendente, con el índice y el pulgar al mismo tiempo. Tiroides • La glándula se palpará con los dedos de ambas manos cuando asciende durante la deglución. • Tamaño • Consistencia • En los niños menores de 12 años se palpan ganglios occipitales en un 50 %, axilares en un 93 % y cervicales e inguinales prácticamente en el 100%. Se estima que los ganglios de menos de 3 mm. de diámetro son normales, aceptándose en la región cervical e inguinal un tamaño inferior a 1 cm. como no patológico.



